Si somos sinceros, debemos admitir que todos hemos sentido alguna vez rencor o resentimiento en nuestro corazón. Es naturaleza humana reaccionar de esta manera ante una injusticia, ataque, ofensa o traición, ya sea mayor o insignificante, voluntaria o no. Pero lo que haces con ese sentimiento es tu decisión: depende de ti dejar que el agua del perdón lo extinga, o echarle más leña al fuego de tu rencor.
No dejes que sentimientos nocivos echen raíz en la fértil tierra de tu alma. El perdón no va a cambiar tu pasado, pero sí tu futuro, y con la ayuda de Dios, puedes tomar esa decisión. Perdona, sana, restaura, enmienda, y vive la vida abundante que Jesús nos prometió.
Para ayudarte, te presentamos a continuación algunos versículos bíblicos relacionados con el poder del perdón.
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:32)
Así que, si vas al altar a dar una ofrenda a Dios y te acuerdas de que alguien tiene algo contra ti, deja ahí tu ofrenda y ve a hacer las paces con esa persona. Luego regresa para dar tu ofrenda a Dios. (Mateo 5:23-24)
Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados (Mateo 6:14-15)
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. (Proverbios 17:9)
Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces? —No siete veces—respondió Jesús—, sino setenta veces siete. (Mateo 18:21-22)
De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. (Colosenses 3:13)
Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. (Marcos 11:25)
*