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Claves para una vida poderosa: Venciendo el enojo

El enojo es una emoción muy poderosa. Puede golpear repentinamente, apoderándose de nuestros pensamientos con una fuerza violenta. A veces parece incontrolable, y sus efectos devastadores podrían dejar en ruinas tus relaciones, tu familia o tu futuro.

Pero existe una manera de liberarse de las garras del enojo. Es posible aprender a controlar y manejar  con sabiduría las situaciones diarias que pueden dar paso a la ira. Lee más a continuación.

Llegando a la fuente del enojo

Hay tantas causas y expresiones de enojo como las mismas personas. Pero debajo del enojo suele acechar un elemento común: las cosas no nos salen como nos gustaría. Tal vez tu jefe no cumplió con el aumento prometido, tus hijos te hicieron perder la paciencia, o tu cónyuge no se tomó el tiempo de entender tu punto de vista, dando paso a una discusión.

Al principio, este tipo de enojo suele estar dirigido hacia los demás. Pero a la larga, muchas personas comienzan a culpar a Dios por lo que les sucede.

Desafortunadamente, a pesar de toda la energía que invertimos en el enojo, éste no logra conseguirnos un aumento de sueldo, ni hacer que nuestros hijos obedezcan, ni restaurar un matrimonio roto. Y, lo que es más importante, la Biblia dice: “Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20).

Peor todavía, el enojo finalmente buscará una salida a través de acciones hirientes, generando más ira y creando un ciclo destructivo para nuestras vidas. Por ello no debemos subestimar el poder del enojo.

Encontrando libertad

¿Se ha apoderado el enojo de tu vida? Hay una solución simple: entrega las riendas de tu corazón al Señor y camina cada día en el amor y el perdón de Dios.

Tómate unos momentos ahora mismo para orar y dejar ir tu enojo:

«Padre, perdóname por mi enojo contra ti y los demás. Por favor, límpiame como lo prometes en tu Palabra. Te doy el control total de mi vida, tanto lo bueno como lo malo. También te doy mis heridas del pasado. Gracias por perdonarme y por enseñarme a caminar en amor cada día, en el nombre de Jesús. Amén».

La Palabra de Dios en cuanto al enojo y la ira

“Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, 27 ni den oportunidad al diablo… Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención. 31 Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia. 32 Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó”. (Efesios 4:26-27, 30-32).

 Escrituras para estudio

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