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Una vida espiritual con sentido común

Por: Roberto Torres-Delgado.

Si bien es importante enfocarnos en nuestro crecimiento espiritual, como cristianos es necesario recordar que, aunque no somos de este mundo, vivimos en él. Dios nos puso en la tierra para cumplir Sus propósitos, y para ser sal y luz para quienes nos rodean.

Por esto, te invitamos a leer esta breve pero profunda reflexión de Roberto Torres-Delgado, quien nos habla acerca de la importancia de tener una vida espiritual con sentido común.

Los cristianos eficaces en el reino de Dios no pasan por alto la realidad que les rodea, encerrándose en su propio mundo espiritual. Más bien, son hombres y mujeres que después de clamar “venga tu reino”, e invocar que se haga la voluntad de Dios aquí en la tierra como se hace en el cielo, ponen los pies sobre la tierra para no dejarse vencer por esa realidad que les rodea.

Como representantes del reino de Dios, es muy importante encontrar siempre el equilibrio entre el mundo espiritual y el mundo presente en el que vivimos. La tendencia de muchos es caer en una cosmovisión tan espiritualizada de la vida presente, que pierden aun el más básico sentido común para enfrentar sus circunstancias y tomar decisiones adecuadas.

Si hemos de hacer discípulos a todas las naciones, con una mentalidad de reino, no podemos permitir esa “desconexión” de la realidad que nos rodea. Debemos volver al mandato de ser luz de este mundo y sal de esta tierra ¡en todas y cada una de las esferas de nuestra sociedad!

Que Dios nos mantenga buscando la sabiduría del cielo para representarlo eficazmente. Siempre en contacto con la realidad que Dios desea transformar en esas esferas de influencia en las que Él nos ha colocado, de acuerdo con Sus propósitos eternos.

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“Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo”. Mateo 5:13-16

 

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