Dona ahora

6 consejos para sobrevivir a una pérdida de empleo

Si alguna vez te quedaste sin trabajo, seguramente sabes que es una situación que no solo trae consecuencias económicas, sino también emocionales. Y aunque como creyentes sabemos que Dios tiene el control de nuestras circunstancias, lo cierto es que no siempre es fácil mantener la fe.

Sin embargo, es importante que recordemos que Dios promete ayudarnos y cuidar de nosotros, incluso cuando no sabemos de dónde vendrá nuestra provisión.

La Biblia relata que Jesús habló a una multitud de personas, muchas de las cuales posiblemente estaban desempleadas, diciéndoles: “Presten toda su atención a lo que Dios está haciendo ahora mismo, y no se preocupen por lo que pueda o no suceder mañana. Dios les ayudará a lidiar con cualquier cosa difícil que surja cuando llegue el momento”. (Mateo 6:34, traducción de la versión “El Mensaje”).

Estas son sin duda palabras de ánimo y esperanza… pero ¿cómo podemos aplicarlas en nuestra vida personal cuando estamos sin trabajo? Y ¿qué vamos a hacer con las facturas y deudas que tenemos que pagar mientras estamos desempleados?

A continuación, te presentamos algunas sugerencias que podrían ayudarte.

  1. Ora por tu situación

La oración es algo muy particular, porque no siempre obtienes exactamente lo que le pides a Dios; y si recibes la respuesta, generalmente no es en el tiempo que esperabas. No obstante, estamos llamados a orar, incluso si todavía no vemos la salida del problema en el que nos encontramos actualmente.

Es muy probable que hayas orado para no perder tu trabajo; sin embargo, lo perdiste. Entonces quizás te preguntes: ¿Por qué debería seguir orando? ¿Me hará algún bien ahora? Esta es una pregunta difícil, pero recuerda que Dios nos llama en su Palabra a tener fe y a orar “sin cesar”.

Según la Biblia, Dios dijo por primera vez que deberíamos vivir por fe en una conversación que tuvo con Habacuc, un profeta del Antiguo Testamento.

Habacuc se encontraba preguntando a Dios por qué no había protegido a Su pueblo. En ese momento, parecía que Dios estaba siendo injusto. Sin embargo, Dios no le dio una respuesta muy clara, sino que simplemente le dijo: “el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4). En otras palabras, los seguidores de Dios deben confiar en Él sin importar lo que esté ocurriendo.

Lo cierto es que la oración te acercará a Dios, y permitirá que recibas la guía y consuelo del Espíritu Santo. Además, cree que Dios responderá a tu clamor y redimirá las circunstancias adversas en tu vida, entretejiéndolas con sus buenos propósitos. Pero lo hará en Su tiempo y a Su manera. Por lo tanto, sigue orando sin cesar por tu situación.

  1. Apriétate el cinturón

Cuando te encuentras sin trabajo, busca la manera de gastar menos dinero. Obviamente es más fácil decirlo que hacerlo, porque normalmente gastar dinero nos hace sentir bien.

En las últimas décadas, nuestras expectativas de lo que es normal han cambiado tan drásticamente, que lo que  antes solía verse como un lujo ahora se ve como algo “esencial”. Nuestros estándares se han disparado y muchos gastan dinero en productos que ahora muchos consideran básicos, tales como teléfonos de última generación, ropa de marca, televisores de pantalla plana con todas las funciones inteligentes, autos nuevos, y muchas otras opciones.

Especialmente quienes vivimos en los Estados Unidos estamos acostumbrados a que la sociedad haya impuesto estos estándares, aunque muchas veces, no son necesidades, si no “necedades”.

Pero cuando los ingresos disminuyen y la economía familiar se pone apretada, a veces es difícil encontrar una manera de reducir los gastos porque todo parece ser tan necesario. Sin embargo, necesitamos hacer un mejor trabajo para definir qué es lo esencial: debemos aprender a diferenciar entre nuestras necesidades y deseos.

  1. Comunícate con los que estás endeudado

Aunque quizás te sientas avergonzado, comunícate con tus acreedores, especialmente si sabes que no podrás realizar un pago programado. Y hazlo antes de que te contacten a ti.

Los acreedores generalmente aprecian la comunicación, y trabajarán contigo cuando las cosas se ponen difíciles. Sé honesto acerca de tu situación y luego cumple con lo que acuerdes con ellos.

Jesús les dijo a aquellos que querían que Dios los ayudara con su necesidad económica: “busca primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33).

Piensa que, buscar “Su reino” es buscar Su influencia, y buscar “Su justicia” es trabajar duro para hacer lo correcto. Por ende, al ponerte en contacto con aquellos a los que no puedes pagar, harás lo correcto, lo que se debe hacer. Así, no solo tus acreedores lo apreciarán, sino que estarás honrando a Dios.

  1. No dejes de lado la generosidad

Puede parecer una locura, pero Dios nos llama a ser generosos incluso cuando pareciera que nos vamos a quedar sin recursos. Hay una historia muy peculiar en 1 Reyes 17 acerca del profeta Elías pidiéndole comida a una mujer, en medio de una terrible hambruna.

La mujer le respondió: «Vive el Señor tu Dios, que no tengo pan, solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos».

Entonces Elías le dijo: «No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el Señor mande lluvia sobre la superficie de la tierra”» (vv. 12-14, NBLA).

La mujer hizo lo que el profeta le dijo y no se quedó sin comida hasta que terminó la sequía. Dios usó su ofrenda para abrir la provisión.

Esto no significa que al dar “ganamos” algo con Dios o estamos comprando su favor. El hecho de dar nos revela en quién ponemos nuestra confianza. Y es la confianza en Dios lo que abre el flujo de la provisión.

  1. Busca nuevas oportunidades por fe

Pon la mirada en el cielo, pero los pies en la tiera. Prepara tu currículum y haz que tu trabajo sea conseguir un trabajo. No lo hagas de mal humor ni te quedes estancado por temor. Sigue intentando y mantén la esperanza.

Recuerda que Dios es un creador, lo cual significa que incluso si no existe un trabajo para ti en este tiempo, Él puede crear uno para ti. ¡Atrévete a creer! Fue Jesús quien dijo: “Todo es posible para el que cree” (Marcos 9:23).

Además, ten en cuenta que deberías estar dispuesto a trabajar en empleos que paguen menos de lo que estás acostumbrado, y aceptar aquellos para los que estás sobrecalificado. Lo importante es mantenerse en movimiento. A veces, Dios se mueve más rápido en la vida de aquellos que siguen avanzando, que en la vida de aquellos que se sienten víctimas y se quedan paralizados por sus circunstancias.

  1. Pide ayuda

Ciertamente no es fácil, pero a veces necesitamos pedir ayuda. Tal vez de un familiar, o un amigo, o incluso del gobierno. Lo cierto es que a veces necesitamos de otros.

Es posible que veas la necesidad de pedir un préstamo a alguien cercano a ti, pero asegúrate de que puedas pagarlo después de que hayas salido de la crisis. Si eres una persona íntegra, esa vulnerabilidad será respondida con empatía y amabilidad.

Recuerda que esto también pasará

El viejo adagio que dice “esto también pasará” es cierto. Mantente firme, trata de aplicar los consejos que te dimos, y tu temporada de carencia y desempleo eventualmente pasará. Aférrate a las promesas de Dios y sigue adelante.

El escritor del libro de Hebreos lo dijo de esta manera: “Y ahora, quiero que cada uno de ustedes extienda esa misma intensidad hacia una esperanza plena, y se mantenga firme hasta el final. No arrastres los pies. Sé como aquellos que mantienen el rumbo con fe comprometida y luego obtienen todo lo prometido” (Hebreos 6:11-12, traducción de la versión “El Mensaje”).

Recuerda, esto también pasará. Dios se encargará de que así sea. Nunca pierdas la esperanza.

 

¿Podemos orar por ti?

Hay ocasiones en las que las circunstancias de la vida son difíciles; todos necesitamos saber que no estamos solos y que tenemos a alguien con quien contar. Si quisieras hablar con alguien que se interesa por ti, o si necesitas oración, por favor llena el formulario al final de esta página. También, si quieres contactarnos, llámanos al 1(800) 700-2582, o puedes mandarnos un mensaje por WhatsApp desde cualquier lugar del mundo.

 

  • This field is for validation purposes and should be left unchanged.

Recursos y ministerios relacionados