Es invierno, y para la mayoría de las personas que viven en el hemisferio norte, es una estación que se caracteriza por días fríos y nublados. Tal vez cada mañana te cuesta levantarte de la cama, te es difícil encontrar motivación para hacer las cosas, y solo quieres recostarte y dormir.
Si ese es tu caso, o el de alguien de tu familia, podría ser que se trate de depresión invernal.
Según estadísticas, durante los meses de invierno aproximadamente el 20% de las personas tienen que lidiar algunos días a la semana con sentimientos de tristeza. Sin embargo, en algunos casos, esa tristeza puede llegar a convertirse en un tipo de depresión que afecta sus vidas de una forma negativa y difícil de superar.
Esta depresión es llamada Trastorno Afectivo Estacional o SAD (Seasonal Affective Disorder, por sus siglas en inglés), y aunque a veces se inicia en otoño, llega a alcanzar su punto máximo en el invierno.
Lo bueno es que, con este tipo de patrón de depresión invernal, las personas se sienten mejor cuando llega la primavera. Pero lo cierto es que a veces es difícil lidiar día a día con esos sentimientos opresivos, mientras esperamos que las temperaturas vuelvan a ser agradables y podamos disfrutar de actividades diarias al aire libre.
Para ayudarte, a continuación te ofrecemos algunos consejos prácticos que recomiendan los expertos.
Como dice el Salmo 27:1: El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor?
Dios te ama y quiere consolar tu corazón. Él te sostendrá hasta que veas al futuro con ojos de esperanza.