Al mirar adelante hacia el nuevo año, lo hacemos con emoción y anticipación porque sabemos que Dios está con nosotros. Él mismo nos lo dijo a través del profeta Isaías, y nos lo volvió a decir en el Evangelio de Mateo. También, Hebreos 13:8 nos recuerda que “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”.
Hay muchas circunstancias en nuestra vida que podrían ayudarnos a recordar esta verdad.
Justamente, esto fue lo que le ocurrió a la escritora Anne Ferrell, miembro de la Asociación de Mujeres Cristianas en los Medios de Comunicación y colaboradora de CBN, quien nos cuenta:
«Recientemente recibí la noticia de que mi trabajo cambiaría en el Año Nuevo. El anuncio significó una nueva gestión, nuevos desafíos y nuevas asignaciones.
Mi reacción inmediata fue de miedo y tal vez un poco de preocupación. Después de todo, hay muchas incógnitas, ya que este trabajo será diferente. ¿Qué pasará si no me desempeño como lo he hecho en el pasado? ¿Qué pasará si no logro producir los resultados esperados?
Otros pensamientos de “qué pasará si…” comenzaron a marchar en mi cabeza uno por uno, como si fueran una colonia de hormigas buscando comida en un picnic de verano».
Lo cierto es que todos nos enfrentamos a la incertidumbre. Pero Dios sabe que no podemos hacerlo solos, y por eso nos anima a que vivamos un día a la vez, confiando en que Él nos llevará de la mano.
En Mateo 6:34 podemos leer que Jesús dijo que no debemos preocuparnos por el mañana, porque el mañana tiene sus propias preocupaciones. Y justo antes de que pronunciara estas palabras, Él nos recordó que Dios sabe todo lo que necesitamos.
Entonces, en lugar de preocuparnos por el mañana, Él nos anima a buscarlo. Es importante mantener esta perspectiva; Dios nos ama y tiene un plan para nosotros.
Anne continúa contando:
«Cuando comencé a concentrarme en la promesa de que Dios está conmigo, y estará conmigo en este nuevo año, me vino a la mente un versículo: Jeremías 6:16, “Esto dice el Señor: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma. Pero ustedes responden: “¡No, ese no es el camino que queremos!”.
Dios me recordó mirar hacia atrás por un momento y preguntarme a mí misma. ¿Él me había fallado alguna vez? ¿Acaso no fue Él quien me había abierto las puertas para mi trabajo actual? Si las cosas cambian, ¿no estará Él conmigo, de la misma manera en la que siempre ha estado conmigo en el pasado?
Y llegué a esta conclusión: no importa que hayan sido tiempos buenos o difíciles, aguas tranquilas o mares tormentosos; Él estuvo conmigo en cada paso».
De igual manera, puedes estar seguro de que Dios también estuvo, y estará contigo, en cada paso que des.
El inicio de un nuevo año es la perfecta excusa para hacer un alto en el camino y recordar esas “sendas antiguas”. Tomar un tiempo para hacerlo te ayudará a mirar hacia atrás y reflexionar, y traerá de inmediato consuelo y esperanza para tu vida. Tu perspectiva de las cosas cambiará, y podrás enfrentar el futuro con entusiasmo y alegría.
Dios te equipará y te guiará, porque esa es Su promesa. Busca primero el Reino de Dios, y no te obsesiones con el mañana. ¡Alégrate, Él está contigo!