Llegó el verano al hemisferio norte, y las cálidas temperaturas son la perfecta excusa para recordar algunos consejos útiles de salud y condición física, mientras nos preparamos para disfrutar de esta época del año.
A continuación te ofrecemos algunas sugerencias prácticas, así como varios versículos que alentarán tu corazón.
- Bebe mucha agua y mantente hidratado.
El agua limpia el cuerpo y permite que tu organismo funcione de manera más eficiente. Asegúrate de beber alrededor de medio litro cada 30 minutos, antes, durante y después de salir a caminar o hacer ejercicio. Algunas bebidas deportivas tienen ingredientes especiales que ayudan a reponer líquidos para prevenir la deshidratación.
Isaías 40:30-31 “Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos. En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”.
- Sal a disfrutar del aire libre.
Sin importar dónde te encuentres, explorar lugares abiertos puede ser una distracción útil cuando se trata de hacer ejercicio.
Te sugerimos hacer una lista de las actividades al aire libre en las que deseas participar durante el verano, y programarlas en tu agenda para darles el tiempo necesario.
Juan 8:12 “Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida»”.
- Establece una red de apoyo.
Al tratar de ponerte en forma, es importante contar con familiares y amigos que te apoyen activamente.
Algunas veces, las personas cercanas en tu vida podrían sabotear tu éxito, aunque esa no sea su intención. Por lo tanto, esto significa que debes pedirles que respeten tus objetivos y dieta, y que no te ofrezcan alimentos inadecuados ni traten de alejarte de tu programa de ejercicios.
Explícales lo importante que es esto para ti, y diles que necesitas su apoyo.
Santiago 1:2-3 “Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse”.
- Sigue un programa de entrenamiento y mantén un registro de resultados.
Si realmente te tomas en serio tus objetivos, es útil establecer y comprometerte a un plan de entrenamiento. Un programa específico te mantendrá enfocado y te permitirá establecer metas a corto plazo.
El seguimiento de tu progreso también te ayudará a evaluar lo que funciona y lo que deberías cambiar.
Salmo 119:2 “Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón”.
- Come comidas pequeñas con frecuencia.
Come con más frecuencia, pero en porciones más pequeñas. Cuanto más a menudo comas, mayor será tu ritmo metabólico. Un metabolismo más alto quema más calorías al día.
Expertos sugieren comer de 5 a 6 comidas más pequeñas al día para garantizar la recepción de los nutrientes adecuados para desarrollar músculo y quemar grasa.
1 Corintios 10:31 “Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios”.
- Sé creativo.
¿Demasiado ocupado para hacer ejercicio? Cambia tus hábitos sociales y alimenticios para promover cambios saludables en tu estilo de vida.
Por ejemplo, en lugar de comer un almuerzo pesado, lleva algo ligero contigo y sal a caminar. Puedes tomar una bebida con proteínas o un refrigerio de frutas, mientras disfrutas de una agradable caminata para romper con algún estresante día de trabajo. Te sentirás renovado y con más vigor para tus tareas de la tarde.
Santiago 1:5 “Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se las dará; no los reprenderá por pedirla”.
- Sé paciente.
Si durante el invierno no cuidaste tu alimentación y ganaste unos kilos demás, no esperes alcanzar tus metas de acondicionamiento físico en una o dos semanas.
Es más importante que disfrutes del verano mientras aprecias los esfuerzos que estás haciendo.
Concéntrate en lo que quieres lograr diariamente en tu actividad física y los resultados llegarán. Ponerse en forma lleva tiempo, y con compromiso y dedicación alcanzarás tus objetivos.
2 Timoteo 1:7 “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina”.
- Respira durante el ejercicio.
Al hacer ejercicio, hay una forma adecuada de respirar que permite que entren cantidades adecuadas de oxígeno en tu sistema, proporcionando una mejor resistencia.
Por ejemplo, los corredores de maratones te podrán decir que usan un ritmo, lo cual les permite correr más tiempo y de manera más saludable que teniendo una respiración normal.
Filipenses 4:6-7 “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús”.
- Ámate a ti mismo.
Acepta el hecho de que todos fuimos creados de una forma diferente, y debemos aceptarnos por lo que somos.
Ámate siempre por lo que eres internamente. ¡Dios lo hace!
Mientras comas bien, hagas ejercicio y trates de hacer lo mejor posible con lo que Dios te dio, estarás saludable y feliz.
Haz las cosas lo mejor que puedas, y valora tu belleza interior más que la exterior.
1 Juan 4:16a “Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos”.
- ¡Recuerda divertirte!
Ten en cuenta que el verano debería crear algunos de los mejores recuerdos del año. Así que relájate y disfruta de todas las actividades que decidas hacer, y ¡pongámonos saludables, un consejo a la vez!
Gálatas 5:1 “Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley”.
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