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¿Es el dinero la raíz de todos los males?

Dicen que el dinero no da la felicidad… ¡pero que la imita tan bien, que se necesitaría un especialista para verificar la diferencia!

La verdad es que todos tenemos distintos enfoques cuando hablamos de dinero, y esas creencias o conceptos van a definir la manera en la que permitimos que influya en nuestras vidas.

Pero… ¿Es el dinero la raíz de todos los males?

Veamos algunos de estos puntos de vista y las consecuencias que podrían causar:

  • Existen personas que piensan que el dinero es símbolo de éxito y prosperidad, así que dedican su vida a perseguir bienes materiales.
    El problema es que, en algunas ocasiones, podrían tener un estilo de vida que no está de acuerdo con sus ingresos, por lo que gastan más de lo que ganan y se encuentran sumergidos hasta el cuello en deudas.
    O peor aún, por el afán del trabajo incesante y las ganancias continuas, podrían llegar a sacrificar su salud, su familia o hasta su integridad.
  • Otros piensan que el principio de todos los males es el dinero y que lo único que logra es generar problemas, así que deciden vivir con austeridad extrema y sin planear su futuro.
    Esto no solo les impide disfrutar de algunas cosas que ofrece la vida, sino que podrían encontrarse en serios aprietos económicos si se presenta un imprevisto o una emergencia.
  • Algunas personas equiparan dinero con amor, y miden el afecto o interés de familiares o amigos a través de la ayuda económica que reciben de ellos. Pero cuando por cualquier razón dejan de recibir ese apoyo financiero, cortan las relaciones o tratan de manipularlos emocionalmente.
    Por otra parte, existen personas que llenan a sus hijos o familiares con todo tipo de juguetes y regalos, para llenar el vacío de su ausencia o calmar una conciencia culpable.
  • Unos dicen que las posesiones materiales no son importantes y que es mejor llenar la vida con experiencias más que con cosas. Sueñan con recorrer el mundo, conocer nuevos lugares y descubrir sensaciones inolvidables. Pero muchas veces podrían obrar de una manera irresponsable, no tener un trabajo estable, y esperar que otros los mantengan o ayuden constantemente. Y cuando los años pasan, carecen de estabilidad y tienen un futuro incierto.
  • Otros entienden la importancia de trabajar para incrementar sus ingresos y avanzar en la vida, pero confunden ser ahorrativos con ser tacaños.
    Esa tacañería puede ser llevada al extremo, como le ocurrió a una familia de un pequeño pueblo de Wisconsin, en Estados Unidos. Después que murió el abuelito, descubrieron que dentro del colchón de su cama había escondido cientos de billetes. Cuando los contaron, ¡era el equivalente a casi medio millón de dólares! Pero lo malo es que los billetes eran antiguos, antes del cambio de moneda, y ya no tenían ningún valor actual.
    El abuelo murió –literalmente– en una cama de dinero, aunque él y su familia vivieron por años sin más que lo suficiente para sus necesidades básicas.

¿Bueno o malo?

Como verás, cada quien parece tener una manera diferente de ver el dinero. ¿Cuál es la tuya? Generalmente está relacionada con tus experiencias –ya sean pasadas o presentes–, tu escala de valores, y tus prioridades.

Pero si te das cuenta, todas parecen inclinarse hacia dos categorías principales: las personas que creen que el dinero es algo bueno, o las que creen que es algo malo.

Presta atención a lo siguiente: el dinero en sí mismo no es bueno ni es malo. Es simplemente una herramienta, y como toda herramienta, hay que saberla usar.

Una herramienta es un objeto diseñado y fabricado para facilitar la realización de una actividad. Puede ser usada con diferentes objetivos, para el beneficio o detrimento de quien la usa o de quienes estén alrededor.

Para darte un par de ejemplos sencillos, quiero pedirte que pienses en dos objetos que seguramente tienes en casa y que usas constantemente: un cuchillo y un martillo.

Si alguien te pregunta si estos objetos son buenos o malos, seguramente tu respuesta sería: «Ni lo uno ni lo otro». Lo que puede ser bueno o malo es el resultado de su uso, dependiendo de cómo los utilices.

Un cuchillo, por ejemplo, puede ser usado para cortar una deliciosa carne asada, o para atacar a alguien y causarle daño. De igual manera, un martillo puede ser usado para clavar los clavos que sostengan las vigas de una nueva casa, o para romper paredes o ventanas.

Una herramienta puede ser usada para construir o destruir.

Tesoros en el cielo

Aprende entonces a usar la herramienta del dinero apropiadamente, no solo para tu propio beneficio sino también el de los demás, recordando que es más bienaventurado dar que recibir.

En conclusión, la raíz de todos los males no es el dinero; es el amor al dinero. Jesús mismo nos dijo que no acumulemos tesoros en la tierra sino en el cielo, porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón (Mateo 6:21).

 “…He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4: 11b-13)

 

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