Una buena relación requiere de comunicación, y esa comunicación requiere tiempo. Si necesitas que te convenzan al respecto, varios estudios afirman que las parejas que se comunican entre sí al menos 30 minutos al día son más felices y tienen una relación más estable.
Sin embargo, “comunicarse” no solo quiere decir conversar o mandarse mensajes de texto; es una palabra que proviene del latín communicare, que significa literalmente “estar unidos”.
Eso es precisamente lo que todas las parejas deberían aprender a hacer, a medida que desarrollan la costumbre de separar un tiempo como prioridad para hablar con franqueza el uno con el otro.
Para ayudarte, a continuación te presentamos algunos hábitos de comunicación que te ayudarán a cultivar un amor que perdura.
Expertos afirman que un rasgo común de las personas exitosas es su compromiso con las rutinas matutinas, y también su decisión de dedicar tiempo a lo que aman. En este caso, las parejas que quieren ser exitosas deberían separar un tiempo cada mañana, aunque sea breve, para expresar su decisión sobre algo personal y relevante hacia su cónyuge.
Por ejemplo, el esposo puede decir que va a amar a su esposa “como Cristo amó a la iglesia”, y ella puede prometer apreciarlo y respetarlo, y tener un “espíritu apacible” para esos momentos de poca paciencia.
Al final del día, aparten un tiempo para hablar sobre lo que ocurrió durante la jornada. Tú y tu cónyuge deberían sentirse libres de compartir sus retos, alegrías o frustraciones, y cómo se sienten al respecto.
Además, es un buen momento para preguntarse si honraron la promesa de la mañana. Probablemente, la respuesta habitual será “sí”; pero en ocasiones en las que se presenten peleas o discusiones, es importante asegurarnos que hayamos pedido perdón, o perdonado. Nunca vayas a la cama sin hacer las paces.
La Palabra de Dios dice en Eclesiastés 4:9-10 que “Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas” (NTV).
Asegúrate de que tu cónyuge sepa que puede contar contigo de manera incondicional, y que agradeces y aprecias lo que hace, aunque a veces no sea aparente. Simplemente decir algo como: “Gracias por todo lo que hiciste hoy” podría ser precisamente lo que él o ella necesitaba escuchar.
Por otra parte, si eres tú quien recibió el cumplido, es bueno que confirmes verbalmente que eso te afecta de forma positiva, y no asumas que tu pareja puede leer tu mente.
Tal vez puedes decir algo como: «Gracias por decirme que puedo contar contigo, eso me alegra el corazón”, o “gracias por mencionar que aprecias todo lo que hice hoy. Eso es importante para mí».
Varias estadísticas aseguran que las parejas que oran juntas todos los días tienen muy pocas probabilidades de llegar al divorcio, incluso cuando están lidiando con problemas.
Esta es sin duda una razón más para unirte a tu esposo o esposa, y juntos darle las gracias a Dios por todas sus bendiciones, por las puertas que se abrieron (o cerraron), por tu familia y las personas que te rodean, o simplemente por Su amor.
En conclusión, cualquiera que sea la manera en la que tú y tu cónyuge se comuniquen, es importante recordar que, aunque no siempre tendremos días libres de problemas, hablar cara a cara diariamente con respeto y amor es el tipo de hábito que ayudará a cultivar una relación que perdura.