Una de las preguntas más comunes entre las personas que toman una decisión de fe para aceptar a Jesús como su Salvador, es: ¿cómo puedo escuchar la voz de Dios?
Si esta es una de las interrogantes en tu vida espiritual, a continuación te presentamos algunos conceptos básicos y pasos prácticos para que puedas crecer en tu relación con el Señor.
Al igual que cuando quieres ver algún programa específico tienes que dirigirte al canal correcto, Dios habla a las personas que están listas y preparadas para escuchar. Para lograrlo, te sugerimos desarrollar los siguientes cuatro hábitos.
Si lo haces cotidianamente, tu relación con Dios será cada día más fuerte y podrás reconocer Su voz y Su propósito en tu vida. Habrás sintonizado el canal correcto, por así decirlo.
En la Biblia podemos leer que Dios usó diferentes maneras de hablar a sus hijos, entre ellas, una “voz suave y apacible”. Lo cierto es que Dios puede usar cualquier cosa para comunicarse con una persona que está lista para escuchar.
Escuchar a Dios es principalmente una cuestión del corazón. La mayoría de las personas escuchan a Dios cuando deciden cumplir con Su voluntad como su prioridad más importante.
Más que ser disciplinado o practicar hábitos religiosos, un discípulo dispuesto a renunciar a sus propios deseos que son contrarios al propósito expresado por Dios, muestra una devoción decidida y un corazón puro. Esta persona escuchará la voz de Dios, no porque sea lo suficientemente bueno, sino porque Dios promete hablar a los puros de corazón.
Dios dice que, si eres una persona que de manera deliberada, voluntaria y constante antepone sus propios deseos ante Su voluntad, probablemente no te hablará. La desobediencia repetida y habitual silenciará la voz de Dios, y probablemente no volverá a comunicarse contigo hasta que pongas las prioridades correctas en tu corazón y en todos los aspectos de tu vida.
La Biblia es la forma principal que nuestro Padre ha elegido para hablarnos; es por eso que es llamada “La Palabra de Dios”. Aprender lo que Dios dice en la Biblia es una parte muy importante de tu nueva vida. Al leer su Palabra, pídele que te hable al corazón y te muestre cómo lo que leíste se puede aplicar en tu propia vida.
Si nunca leíste la Biblia, un buen lugar para comenzar es el Evangelio de Juan, en el Nuevo Testamento, así como los Salmos y Proverbios del Antiguo Testamento. Te sugerimos encontrar una traducción moderna y fácil de leer, como la Nueva Versión Internacional, la Nueva Traducción Viviente, Dios Habla Hoy, o la Reina Valera Actualizada. Una de nuestras favoritas es la Nueva Biblia de las Américas.
Además, recuerda que ahora también es posible encontrar la Biblia en diferentes formatos electrónicos y en versiones de audio; así puedes escucharla en cualquier momento cuando no puedas leer. Lo importante es que alimentes tu espíritu diariamente para crecer en tu nuevo camino.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
“Tu Palabra es una lámpara que guía mis pasos; una luz que alumbra mi camino” (Salmos 119:105).
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