Por: Milenka Peña
Hay frases que se quedan contigo, y tal vez esta debería ser una de ellas. A través de una interesante analogía, nos habla de la importancia de no dejar que las cosas que nos roban la paz permanezcan en nuestra mente:
“A veces no puedes evitar que los pájaros revoloteen sobre tu cabeza, pero sí puedes impedirles que hagan un nido en tu cabello.”
🎥 Haz una pausa y deja que esta breve reflexión hable a tu corazón.
Dale play,▶️ y si te ayuda, ¡compártela con alguien más!
👉 MIRA EL VIDEO AQUÍ
Aunque esa frase del gran reformador Martín Lutero ha sido utilizada principalmente para hablar de las tentaciones, también puede aplicarse fácilmente a muchas otras cosas. La frustración, el enojo, la preocupación o el resentimiento, podrían ser como esos pajaritos molestos que aparecen sin avisar.
A veces llegan a través de una persona que te dijo algo que te cayó mal, alguna situación que te parece problemática o injusta, o simplemente porque las cosas no salieron como esperabas.
Lo cierto es que no podemos controlar lo que otros hagan ni evitar las situaciones inesperadas que nos presenta la vida. Pero sí podemos controlar cómo vamos a reaccionar ante ellas, y decidir no darles un espacio permanente en nuestra mente.
Porque cuando les das vueltas y vueltas en la cabeza, esos “pájaros” no solo revolotean… podrían construir un nido. Y cuando te das cuenta, ya están cómodamente instalados, robándote la paz y pesando sobre tus hombros.
¿La solución? Aprender a soltar. A dejar ir. A perdonar. A no tomártelo todo tan personal. A levantar la cabeza, sacudirte los nidos… y mirar al cielo.
Porque cuando decides poner tus pensamientos y preocupaciones en las manos de Dios, Él te da una paz que no depende de las circunstancias. Una paz que es difícil de explicar, pero que trae calma a tu mente y a tu corazón.
Filipenses 4:7 lo dice así: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
No dejes que las aves de la frustración, el enojo, la preocupación o el resentimiento hagan nidos en tu mente. Es tiempo de dejarlas volar.
Respira profundo. Ora. Confía. Recuerda que Dios está contigo… y siempre es un buen día para entregar tus cargas y volver a empezar.
¿Te gustó esta reflexión?
Tal vez también te animen estos artículos y recursos que preparamos con cariño para ti. Pueden ayudarte a encontrar esperanza en los días difíciles y a fortalecer tu fe.
¡Hazles clic… y vive una vida mejor!