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Tres formas sencillas de transformar la escuela pública de tus hijos

Ser padre de niños en edad escolar no es tarea fácil. Las razones por las que los padres cristianos optan por enviar a sus hijos a la escuela pública pueden variar; pero, independientemente del motivo, es importante que seas un padre vigilante e involucrado. Para ayudarte, te presentamos tres formas sencillas de transformar la escuela pública de tus hijos.

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La Palabra de Dios nos dice: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6 – NBLA). Los años formativos en el desarrollo moral de tus hijos están ocurriendo concurrentemente con los años educativos fundamentales, y a veces no es fácil supervisar ambas facetas, mientras les das a tus hijos una cosmovisión bíblica.

Gálatas 6:9 nos da aliento y la promesa de recoger una buena cosecha si no nos damos por vencidos: “No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos”.

Durante los últimos años, las escuelas públicas han promovido una cultura mundial de cambio continuo. Por ello, debes involucrarte lo suficiente para obtener conocimiento de primera mano de lo que está inundando la mente de tus hijos durante el día escolar, la mayoría de lo cual tiene muy poco que ver con lo académico.

Tú puedes ser parte de la solución para mejorar los estándares educativos en las escuelas.

A pesar de las décadas que se han gastado en reescribir el plan de estudios, investigaciones recientes muestran una disminución continua en los resultados positivos de las metodologías educativas Common Core (Núcleo Común) y STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics – Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), con más del 50% de los estudiantes evaluados por debajo del promedio global.

Entonces, ¿cómo puedes involucrarte y convertirte en un agente de cambio que hace la diferencia? Estas son tres formas sencillas de transformar la escuela pública de tus hijos.

 

  • Haz notar tu influencia


Para influenciar, debes participar. Ser un voluntario permite que el personal de la escuela te conozca, y tu constante presencia puede causar un impacto positivo. No importa cuán pequeño sea tu rol, tu participación te permitirá obtener una idea de lo que se enseña y lo que se omite.

Llegar a conocer el corazón y el espíritu del personal de la escuela te dará la capacidad de discernir más rápidamente las señales de alerta, que simplemente recopilar fragmentos de información de parte de tu hijo.

Sembrar semillas de rectitud y hablar las verdades y los principios bíblicos hará que otros padres te aprecien, te respeten y, por lo tanto, te escuchen. Como padre o madre, puedes influir en la cultura y en el plan de estudios de la escuela sin sermonear, juzgar ni causar conflictos.

Cualquier nivel de participación que puedas realizar es mejor que no hacer nada, lo cual será superior al 75% de los padres, algunos de los cuales nunca han puesto un pie en las escuelas.

Tu mera presencia en la escuela te coloca en el más alto nivel del 25%, lo cual afectará positivamente la cultura del entorno escolar, los comportamientos y el lenguaje de los estudiantes y maestros.

 

  • Sé un voluntario

Las escuelas están desesperadas por tener voluntarios en varios niveles. Por ende, es sabio que te comprometas a ser un padre (o madre) involucrado en todos los grados, incluso si eres un padre que trabaja.

Ser un padre presente en el salón es apropiado en el nivel de jardín de niños; sin embargo, si eres el padre de un estudiante de secundaria, es mejor que consideres la posibilidad de ser voluntario en otra parte del edificio. Te damos algunas ideas:

Ofrece ser un voluntario en el salón de clases como tutor o ayudante del maestro. Debido a los recortes de fondos que afectan los apoyos en el salón de clases, la mayoría de los maestros aceptarán tu oferta de trabajar con estudiantes, o ayudando con otras tareas.

Puedes dedicar un par de horas de tu tiempo personal, o si eres un padre que trabaja, puedes ofrecer tu ayuda después de tus horas de trabajo.

Ofrece ser un voluntario en la biblioteca, la cafetería o la oficina de la escuela. Tu presencia en las áreas de la escuela fuera del aula te brinda la ventaja de observar, hacer preguntas y participar en conversaciones.

Ofrece ser un voluntario para la PTO (Parent Teacher Organization – Organización Padres y Maestros). Las reuniones y eventos son las ocasiones en las que se congregan los padres de familia. Puedes buscar personas de ideas afines que, aunque no necesariamente sean cristianos, tengan valores que se alineen más estrechamente con tus valores.

 

  • Construye puentes

Entablar relaciones con maestros, administradores y otros individuos del personal de la escuela son formas efectivas para que tú puedas ser un padre involucrado.

Cuando estableces relaciones positivas, fomentas la comunicación efectiva y abres la puerta para tener esas conversaciones difíciles, si es que tienes inquietudes sobre los aspectos académicos o la cultura de la escuela.

Recuerda, los profesionales están influyendo en tus hijos durante muchas de las horas del día. Por lo tanto, mantener una actitud respetuosa te beneficia tanto a ti como a tus hijos frente a una cultura que podría no adherirse a tu sistema de valores.

Aquellas personas con las que has construido puentes, apreciarán mejor la diferencia entre tu enfoque y el de la mayoría de los otros padres.

  • Algunas últimas sugerencias

– Haz que tu presencia sea siempre bienvenida.
– Mantente atento y responde a los correos electrónicos.
– Sé proactivo en la obtención de información.
– Lleva los útiles escolares al maestro unos días antes de que comiencen las clases.
– Preséntate, ofrece tu tiempo como voluntario y participa.

Los maestros te lo agradecerán y tendrás tu pie en la puerta desde el inicio, lo cual aumentará las posibilidades de ser una influencia positiva durante todo el resto del año escolar.

 

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