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Un mensaje especial de Jessica para este regreso a clases

Un nuevo año escolar es un nuevo comienzo, y aunque puede llegar a ser estresante, también es una temporada emocionante.

Para ayudarte en esta etapa, Jessica Datsko nos presenta a continuación un lindo mensaje que te ayudará a enfrentar este tiempo de cambios con esperanza, paz y alegría.

¡Esperamos que aliente tu corazón, y que lo compartas con quienes lo necesiten!

Recuerdo con gusto el famoso “primer día de clases”. Cuando yo era niña, y luego adolescente, el regreso a clases no era algo que agradara a muchos de mis compañeros. Sin embargo, en mi caso, estoy convencida de que mi buena disposición hacia la escuela no tenía tanto que ver con la escuela misma, sino con los principios que aprendí en casa.

Tuve el privilegio de crecer en el seno de una familia que puso a Dios primero. No una familia perfecta, pero simplemente una familia que se esforzaba por mantener sus prioridades en orden. Y eso inculcó en mí un hambre por conocer más de Dios y de Su creación, de lo cual brotó el gozo de experimentar la vida con Dios en cada etapa —¡vacaciones o escuela!

Así que, el acto de poner a Dios primero no se trata solamente de un devocional familiar, o de ir a la iglesia una vez a la semana. Él se merece el primer lugar en la lista de prioridades, pero, al mismo tiempo, Él sobrepasa e inunda todas las demás áreas de nuestra vida.

En Deuteronomio 6:5-7 (NBLA) leemos estas instrucciones muy claras:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy [o sea, las palabras de Dios], estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.”

Al poner a Dios primero, el resto de nuestras prioridades tienen sentido porque Su carácter, Sus principios, Sus planes, y Sus propósitos informan y transforman todo lo demás.

No es complicado. Simplemente busca a Dios por ti mismo cada día, e inclúyelo en todas las áreas de tu vida. Y cada día, en cada instante que puedas, háblales a tus hijos de lo que vas aprendiendo en la Biblia, y de lo que Dios va haciendo en tu vida y en tu corazón.

Por lo tanto, el regreso a la escuela es para nosotros los padres también —¡la escuela de la Palabra de Dios!

Recuerda que no estás solo. ¡Estamos juntos en esto!

En Cristo,

 

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