Halloween, cuyas raíces son expresamente ocultistas, es ahora la festividad más celebrada del año en las escuelas públicas de los Estados Unidos, y es una tradición que se ha ido extendiendo a lo largo de latinoamérica.
Incluso una mirada superficial a sus orígenes nos revelará que hay rituales representados en los famosos “trucos o tratos” (trick or treat), las calabazas, las brujas, los fantasmas y los lúgubres disfraces de los muertos. Su trasfondo se remonta a las prácticas paganas de las tribus celtas de la antigua Escocia e Irlanda.
Muchas iglesias procuran realizar una celebración alternativa, como “el Día de la Cosecha” o algún otro evento similar en el que los niños se disfrazan de personajes bíblicos, y los salones de las escuelas dominicales se llenan de juegos para mantener a los niños alejados de las calles.
Te presentamos otra idea: ¿qué tal si se planea una celebración del Día de la Reforma en la iglesia? Podríamos ir un paso más allá y hacer que ese día sirva para aprender más sobre nuestras raíces espirituales.
En el mundo cristiano, el 31 de octubre es un día que marca lo que fue el inicio de la Reforma Protestante en Europa en el año 1517. Ese día, que celebraba la víspera de Todos los Santos hace poco más de 500 años, el monje agustino Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg, en lo que hoy es Alemania. Entre otras cosas, Lutero argumentó que la salvación no puede ser comprada y es un regalo que Dios otorga a aquellos que tienen fe.
Aunque en nuestro contexto hispanoamericano los eventos de la Reforma parecieran ser un tanto ajenos culturalmente, esta fecha puede aprovecharse para ilustrar a las nuevas generaciones acerca del valor histórico y espiritual de este acontecimiento.
Por ello, se podría realizar una celebración en la iglesia donde todos se disfracen de personajes de la Reforma, además de los tradicionales personajes de la Biblia. Como idea, se pueden preparar narraciones o actuaciones de los sucesos, proyectar un video, o presentar ilustraciones o dibujos de los eventos de esta importante época.
También puede haber una oportunidad para repasar las grandes “solas” de la Reforma: por la Escritura sola, por la gracia sola, por la fe sola, por Cristo solo y a Dios solo sea la gloria.
Existe una gran cantidad de ideas que se pueden implementar de acuerdo con el tiempo, el presupuesto y los recursos con los que se cuenta. Y por supuesto, no olvidarse de planear juegos y actividades divertidas para los más pequeños, como poner alguna historia de SuperLibro.
Lo importante es aprovechar —y redimir— el 31 de octubre como un día para recordar y una oportunidad educativa para atesorar nuestro gran legado cristiano.
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