Tal vez escuchaste que “sin fe es imposible agradar a Dios”. Pero ¿cómo puedes tener más fe? En el siguiente video, Roberto Torres-Cedillo presenta cuatro claves prácticas y esenciales que te ayudarán a crecer en tu vida espiritual y mantener vivo el fuego de la fe.
Descubre cómo confiar cada día en las promesas de Dios y ver la vida con ojos de eternidad.
Luego de ver este video, y al mirar hacia adelante en tu propia vida, responde con sinceridad: ¿crees que estás viendo el futuro con miedo o con fe?
Sin importar tus circunstancias recuerda que, como creyentes, debemos avanzar con confianza, basados en la verdad eterna de la Palabra de Dios.
Como podemos leer en el Antiguo Testamento, después de 40 años en el desierto, los israelitas finalmente estaban listos para entrar en la Tierra Prometida después de la muerte de Moisés.
Entonces, Dios le dijo a Josué: «…ha llegado el momento de que guíes a este pueblo a entrar en la tierra que les doy. […] Nadie podrá hacerte frente mientras vivas, pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré. Sé fuerte y muy valiente» (Versículos selectos de Josué 1:2,3,5).
Dios le había prometido a su pueblo una tierra de la que mana leche y miel, llena de viñedos que no plantaron y ciudades que no construyeron. Pero primero tendrían que confiar y obedecer.
Así que Dios fortaleció a Josué para la batalla, exhortándolo tres veces diciendo: «Sé fuerte y valiente» (Josué 1:6,7,9). Es entonces que, anclado en su fe, este valiente hombre guió a los israelitas a través del río Jordán a un triunfo milagroso sobre Jericó. Y Dios continuó dándoles victoria tras victoria.
Pero esto solo fue posible porque Josué y sus guerreros creyeron a Dios y Su Palabra, y con la confianza de que el Señor estaba con ellos, sabían que no podían fallar.
Hoy, Dios continúa diciéndole a su pueblo: «¡Estaré con ustedes! ¡Sean fuertes y valientes!».
Dios quiere que tú también confíes en Él y experimentes un cambio asombroso en tu propia vida. Aunque sientas que tus fuerzas flaquean, no te desanimes. Recuerda que Dios ve tu necesidad, y en medio de la adversidad puedes aferrarte a esta esperanza: Él está a tu lado.
Aquel que venció la muerte con poder y resucitó al tercer día, pelea por ti y puede darte la victoria que anhela tu corazón. Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.
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