Sin importar si eres nuevo en la fe cristiana o si tienes mucho tiempo como creyente, es importante recordar que todos deberíamos apartar un espacio cada día para pasar un tiempo a solas con Dios, leer la Biblia y orar. Un devocional es la ayuda que muchos necesitan, y su propósito es ayudarnos a alejarnos un poco de la rutina diaria para enfocarnos en nuestra vida espiritual y en nuestra comunión con el Señor.
Ya sea que estés pasando por circunstancias difíciles, o que por ahora las cosas te vayan bien, tener un tiempo devocional te recordará que Dios está en control y que se preocupa de lo que te ocurre día a día. Recuerda que no hay una fórmula especial ni establecida de tener un devocional; algunas personas prefieren un tiempo temprano en la mañana, mientras que otras apartan algún momento durante el día. ¡Lo importante es que lo hagas!
Para ayudarte en tu caminar te presentamos versículos selectos y una breve reflexión, oración o pensamiento para cada día de la semana. Esperamos que te sirvan como una base para que puedas pasar un tiempo especial con Dios, pensar en tu vida espiritual, y enfocarte en lo que Él quiere para ti y en sus promesas para tu vida.
DÍA 1
Aunque enfrentes dificultades, tener fe en Dios y en el propósito que Él tiene para tu vida puede ayudarte a superar cualquier cosa.
Versículo: Alégrense cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Santiago 1:3
DÍA 2
Señor, ayúdame a ver más allá de lo que puedo ver o entender.
Versículo: Si su fe fuera tan sólo como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí para allá”, y esta se movería. Mateo 17:20
DÍA 3
Si te sientes abrumado, recuerda que Dios conoce tus necesidades y los deseos de tu corazón. ¡Ten fe y sigue confiando!
Versículo: Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Josué 1:9
DÍA 4
Cuando la duda quiere controlar mi corazón, me refugio en tus promesas.
Versículo: Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4
DÍA 5
La fe no es una simple creencia o un entendimiento intelectual. Es la disposición a confiar, creer y aferrarse a las promesas de Dios.
Versículo: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
DÍA 6
Señor, gracias por tu amor y por la paz que pusiste en mi corazón al recibirte como mi Salvador.
Versículo: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:1
DÍA 7
Cuando tenemos verdadera fe, nuestra vida se transforma y resulta en buenas obras, que son como un reflejo del amor de Dios.
Versículo: Como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Santiago 2:26
LA FE Y LA OBEDIENCIA
En un mundo tan lleno de inseguridad e incertidumbre, debemos seguir aprendiendo a vivir por fe, de otra manera nuestras vidas se derrumbarán. Esto se aplica a todos los hijos de Dios, no importando cuántos años tengamos en el Señor o qué tan maduros estemos.
El vivir por fe significa obedecer la Palabra de Dios, a pesar de nuestros propios sentimientos y circunstancias, y a pesar de las consecuencias que nos acarree el obedecerla.
Vivir por fe significa aferrarse a la verdad de Dios, no importando cuán grande sea la carga o qué tan negra sea la situación, sabiendo que Él está realizando Su perfecto plan en nosotros.
Vivir por fe significa vivir de acuerdo a Sus promesas y no de acuerdo a explicaciones.
En la escuela de la fe, Abraham y Sara —junto a los demás héroes de la fe en Hebreos 11— son nuestros más excelentes maestros. Sin embargo, la fe no es algo que tan solo estudiamos, sino algo que practicamos; y lo primero que debemos aprender es que la fe y la obediencia son inseparables:
¡Por la fe Abraham… obedeció! (Hebreos 11:8).
