Por: Milenka Peña.
En medio de celebraciones y regalos por esta temporada en la que se celebra el Día de las Madres, quisiéramos dirigirnos con todo nuestro cariño y respeto a aquellas mujeres que no son mamás.
Tal vez eres muy joven y todavía no tienes hijos, pero en un futuro el Señor te regale una familia. No nos referimos a eso; sino a aquellas mujeres que, por decisión propia o no, nunca tuvieron hijos.
Si este es tu caso, es importante que te des cuenta de la profunda influencia que tú puedes tener en la vida de otros.
Querida amiga: el hecho de no haber tenido hijos no significa que no puedas ser tan importante como una madre que los vio nacer. No necesitas haber dado a luz para ser una mamá.
Piensa en esto: quienes somos madres tenemos los hijos que Dios nos envió y debemos aceptarlos tal y como son, y por supuesto hacer lo posible por criarlos, guiarlos, y ser los mejores modelos para sus vidas.
Pero si tú nunca tuviste hijos –o si por cualquier razón no los tienes cerca tuyo– tú tienes la oportunidad de decidir a quién quieres influir. Tienes la opción de elegir a las personas en las quisieras que tu amor deje una huella.
Podríamos mencionar decenas de ejemplos de mujeres que no tuvieron hijos propios, cuya influencia continúa por generaciones y se multiplica para transformar la vida de millares de personas.
También, existen otras mujeres que, teniendo ya una familia, abrieron su casa y su corazón y cambiaron el futuro de un niño o niña en necesidad, o decidieron ampararlos a través del milagro de la adopción.
O muchas otras que, siguiendo el mandato de la Palabra de Dios, eligieron convertirse en mentoras de mujeres más jóvenes y ser una presencia constante en su vida.
Cualquiera que sea tu caso, tal vez Dios ha puesto en ti la semilla que va a germinar y bendecir a millares de vidas. O tal vez no sean miles, sino cientos. O decenas… ¡O una sola! Todos tenemos un círculo de influencia, y ese círculo puede ser gigantesco, o tan pequeño como una semillita de mostaza.
Aunque inviertas tu tiempo, talento y tesoro en una sola persona, y eso sirva para alentarla, ayudarla, acercarla más al Señor, y hacerle sentir tu amor incondicional, vas a poder comprobar que, como mujer, tienes en tu alma el regalo de la esperanza.
Recuerda: Ser madre no siempre significa haber dado a luz. A veces, ser mamá es simplemente amar con el corazón, estar presente, y sembrar vida en los demás. Tu amor también deja huella, y eso te convierte en alguien verdaderamente especial.
Si quisieras conectarte con alguien que se interesa por ti o si necesitas oración, puedes mandarnos un mensaje por WhatsApp al 1(800) 700-2582 desde cualquier lugar del mundo. Y si te gustó este artículo o conoces a alguien a quien le podría alentar, ¡compártelo!