Todos enfrentamos a diario responsabilidades, preocupaciones y retos que pueden convertirse en cargas pesadas para nuestra mente y corazón. Las preocupaciones familiares, los problemas económicos, las enfermedades y tantas otras situaciones inesperadas tienen el potencial de abrumarnos y robarnos la paz.
Sin embargo, la invitación que Jesús hizo a sus seguidores hace dos mil años, sigue vigente para ti y para mí hoy.
«Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso». (Mateo 11:28, NTV)
Él espera que lo invitemos como nuestro “Ayudador”. No de vez en cuando, sino a través de acciones prácticas que nos ayudan a desarrollar un hábito transformador: entregarle nuestras cargas. Pero, ¿cómo podemos hacerlo cada día?
El primer paso es ser humildes y honestos con nosotros mismos —y con el Señor— sobre lo que realmente nos preocupa.
Tratar de aparentar fortaleza o ignorar lo que nos agobia es simplemente orgullo. Dios nos llama a ser transparentes y dependientes de Él: Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma (Mateo 11:29, NTV).
Al reconocer nuestras cargas y decirle con humildad: «yo no puedo solo, ¡necesito tu ayuda!», entonces empezamos a experimentar el descanso que tanto necesita nuestra alma.
Después de identificar con humildad nuestras cargas, debemos llevarlas al Señor en oración.
La oración es sencillamente hablar con Dios desde el corazón. Podemos contarle cómo nos sentimos, confesar nuestras debilidades y pedirle ayuda específica.
Filipenses 4:6 nos instruye cómo hacerlo: No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
Y después de orar, la promesa bíblica nos dice: Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús (Filipenses 4:7, NTV)
Entregar nuestras cargas implica un acto de fe: la decisión de creer que Dios es capaz de sostenernos y de obrar incluso cuando no vemos resultados inmediatos.
Muchas veces oramos, pero seguimos cargando con la preocupación, como si dependiera de nosotros resolverlo todo. Confiar es creerle a Dios, recordando que Él es nuestro Padre amoroso. La Biblia dice que Dios es bueno y soberano: Dios sabe cómo y Él sabe cuándo enviar Su respuesta.
La Palabra de Dios está llena de promesas que tienen un efecto fortalecedor a nuestro corazón: Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes (1 Pedro 5:7, NTV).
Leer y meditar (reflexionar) en estas verdades cada día nos ayuda a renovar la mente y a no dejarnos dominar por el temor o la ansiedad.
La gratitud es un antídoto a la preocupación y es clave para soltar las cargas.
Cambia tu perspectiva; no te centres en lo que no tienes, sino agradécele a Dios por lo que ya ha hecho por ti. Dale gracias por su fidelidad y por lo que crees que seguramente hará a tu favor. La gratitud desplaza la queja y te permite enfocarte en la bondad de Dios.
El hábito de entregar nuestras cargas al Señor diariamente no significa que los problemas van a resolverse de inmediato. Pero, lo que sí demuestra, es que hemos aprendido a caminar con Dios, confiando en que no estamos solos. El Señor nos sostiene, nos guía y nos da la paz que sobrepasa todo entendimiento. Cada día, podemos renovar esta entrega y vivir con la certeza de que tenemos un Padre Celestial que cuida de nosotros con amor perfecto.
¿Podemos confiar en que la Biblia es realmente la Palabra de Dios?
¿Tiene sentido hoy lo que se escribió hace siglos? ¿Qué evidencia hay para creer que sigue siendo relevante? Si alguna vez te hiciste preguntas como estas, este episodio de nuestro podcast CASA ZOEN es para ti.
Roberto se sienta a conversar con alguien que ha dejado una huella profunda de fe, esperanza y fidelidad en su vida: su papá, el teólogo y maestro Roberto Torres-Delgado. Con historias personales, fe auténtica y reflexiones profundas, padre e hijo nos invitan a mirar más allá de las páginas y descubrir por qué este libro sigue transformando vidas.
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