Jordano es un niño feliz y juguetón a pesar de la condición con la que nació: llegó al mundo con los pies deformados y quizás nunca podría caminar. Pero gracias a amigos como tú, ahora tiene un futuro lleno de esperanza.
¿Quieres saber cómo tu ayuda le cambió la vida, o cómo podría cambiar la de otras personas? Conoce más de esta dulce historia a continuación.
La joven madre nunca olvidará el día en el que nació el pequeño Jordano. Las enfermeras del humilde hospital en Perú se veían muy angustiadas, y no sabían cómo explicar la situación cuando Belzabeth les preguntaba: «¿Por qué no me dejan ver a mi bebé?».
Y es que el niño había llegado al mundo con los pies deformados.
Los médicos dijeron que el cordón umbilical se había enrollado alrededor de su piernita, lo cual causó que naciera con una malformación conocida como “pie equino”.
Si bien su nacimiento les dio mucha alegría, el diagnóstico dejó a sus padres angustiados e impotentes porque los doctores dijeron que su niño quizás nunca podría caminar.
¿Te imaginas cómo se deben haber sentido, preguntándose si su hijo podría correr y jugar con otros niños, tener éxito en la escuela o incluso poder mantener un trabajo algún día con sus pies deformes?
Sus padres hicieron todo lo posible para encontrar ayuda para su hijo y se reunieron con un ortopedista. Al fin, un poco de esperanza: el doctor les informó que la condición de Jordano podría corregirse con una cirugía, pero tendrían que esperar hasta que cumpliera 7 meses.
Sin embargo, esto ocurrió cuando la cuarentena de la pandemia global golpeó también a Perú, y la operación de Jordano se pospuso indefinidamente. Mientras tanto, al perder el trabajo, los escasos recursos económicos de sus padres se redujeron y toda esperanza comenzó a desvanecerse.
Después de lo que pareció un tiempo insoportablemente largo las cosas comenzaron a volver a la normalidad, pero Belzabeth y su esposo no sabían cómo iban a cubrir los gastos médicos de su pequeño. Ellos nos contaron lo angustiados que se sentían, diciendo: «¡No teníamos manera de pagar por la cirugía de nuestro bebé!».
En vista de esta situación, el doctor de Jordano les recomendó que contactaran a Operation Blessing (Operación Bendición), el brazo humanitario de nuestra organización matriz CBN.
Poco tiempo después, y gracias a la generosidad de amigos como tú, pudimos ofrecer a Jordano la cirugía que tanto había esperado, así como terapias y gastos médicos adicionales.
Después de la exitosa operación, los papás de Jordano se aseguraron de que usara sus zapatos correctivos y asistiera a sus terapias y visitas al médico. Y tan solo unos meses después de la cirugía, el pequeño Jordano comenzó a dar sus primeros pasos.
Belzabeth no podía creerlo. «¡Me sentí tan feliz que casi me puse a llorar!», nos dijo.
Ahora, el pequeño está más juguetón que nunca. Incluso ya puede usar zapatos normales para correr y divertirse junto a su familia y a otros niños.
Belzabeth no pudo contener su alegría y comentó: «No podría estar más agradecida por la ayuda de Operación Bendición. Mi hijo va a crecer como los demás niños, y ya no tiene que preocuparse por sus pies. Él no tendrá dolor y será feliz. ¡Muchas gracias por todo!».
Gracias a tu generoso apoyo y compasión, Jordano pudo recibir la cirugía que cambiaría su vida.
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