Tal vez descubriste que no son las personas felices las que son agradecidas, sino son las personas agradecidas las que son felices.
Parece que el Espíritu Santo inspiró a los escritores de la Palabra de Dios con el mismo entendimiento. El término eucaristía es el que usamos en nuestro lenguaje moderno para referirnos a la comunión, pero también es la palabra en el griego del Nuevo Testamento para “acción de gracias” (eujaristía), la cual encarna un acto de gratitud por el mayor regalo recibido de Dios: el sacrificio de Jesús.
Esa “acción de gracias” se refiere literalmente a reconocer con gratitud el favor de Dios en nuestra vida y recordar las misericordias que hemos recibido en el pasado. Por eso, a continuación te presentamos algunos versículos que precisamente hablan al respecto, y un mensaje inspirador para cada uno de ellos:
Salmo 26:7, “Proclamando con voz de acción de gracias, y contando todas Tus maravillas”. (NBLA)
Cuando has experimentado el amor y la bondad de Dios, es difícil mantenerlo en secreto. De hecho, muchas veces nuestras memorias emergen una y otra vez para recordarnos lo bueno que Dios ha sido con nosotros.
Salmo 69:30, “Con cántico alabaré el nombre de Dios, y con acción de gracias lo exaltaré”. (NBLA)
Cuando la vida nos presenta situaciones inesperadas, a veces es difícil agradecer a Dios. Sin embargo, si decides hacerlo pese a tus circunstancias, cambiará tu corazón. Y el Espíritu Santo es tan misericordioso, que no tardará en susurrar: «Si lo hizo una vez, Él lo hará de nuevo».
Salmo 95:2, “Vengamos ante Su presencia con acción de gracias; aclamemos a Él con salmos”. (NBLA)
Los niños son tan despreocupados cuando se trata de cantar o de hacer ruidos alegres, y es una pena cuando los adultos perdemos eso en algún momento del camino. Pero, sin importar tu edad, puedes elevar tu voz con alegría y gratitud. Como dice otra traducción de la Biblia: “¡Vengan y levanten el techo con cantos de alegría a la Roca que nos salvó!” (The Message, El Mensaje).
Salmo 100:4, “Entren por Sus puertas con acción de gracias, y a Sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan Su nombre”. (NBLA)
Dios creó a Su pueblo para que lo conocieran y lo alabaran. Y la contraseña de entrada a Su presencia es “¡gracias!” Aquellos que conocen a Dios han encontrado acceso a Él al mostrarle gratitud.
2 Corintios 4:15, “Porque todo esto es por amor a ustedes, para que la gracia que se está extendiendo por medio de muchos, haga que las acciones de gracias abunden para la gloria de Dios”. (NBLA)
Para el que ha descubierto el gozo de la vida eterna, es un beneficio convertir ese gozo en alabanza y acción de gracias. El resultado es que más personas podrán recibir el regalo de la salvación por medio de nuestro testimonio.
2 Corintios 9:11, “Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios”. (NVI)
A todos los padres les encanta ver a sus hijos mostrar alegría y gratitud por los regalos de Navidad o de cumpleaños, y nuestro Padre Celestial no es diferente. A medida que lo imitamos en generosidad —con nuestra acción de gracias—, otros también expresarán gozosamente su agradecimiento a Dios.
Apocalipsis 7:12, «¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén». (NBLA)
Este será el himno final de todos los tiempos: ¡Dar alabanza y honra a Dios con infinita gratitud! ¿Por qué no empezar a practicarlo ahora? Son asombrosas las puertas de la gracia que se pueden abrir a los corazones agradecidos.
