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Sabiduría de Dios para un nuevo año

Querido amigo:

Al comenzar el nuevo año, es bueno apartar un tiempo para pedirle sabiduría a Dios. En Proverbios 9:10 podemos leer que el temor del Señor es el principio de la sabiduría.

Temer a Dios no significa tenerle miedo. Lo que significa es tenerle respeto con amor; una actitud de absoluto asombro y reverencia por Su majestad, por Su obra a través de las generaciones, y cuando vemos cómo lo imposible se vuelve posible si simplemente le obedecemos.

El temor del Señor se menciona por primera vez en la historia de Abraham, quien es a veces llamado “el padre de nuestra fe”. En Génesis 15:1, Dios le dio esta maravillosa promesa: No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande”.

Cuando Abraham respondió que no tenía hijos, Dios le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas. Y luego, en Génesis 15, aparece un versículo que es clave para el libro de Romanos, para toda la teología de Pablo, y para lo que fue la Reforma: “Y Abram le creyó al Señor, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6).

Esto anula todo legalismo. Mientras le creamos a Dios, Él nos lo contará por justicia.

Sin embargo, la historia de Abraham no se detiene aquí. Es cierto, somos justificados por la fe; pero la fe sin obras es muerta. Dios llamó a Abraham para que tomara a Isaac, el hijo de la promesa, y lo sacrificara. Abraham obedeció, considerando que Dios podía levantarlo aun de entre los muertos (Hebreos 11:19).

Fue entonces cuando el ángel del Señor lo detuvo con estas profundas palabras: “Ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu único” (Génesis 22:12).

Abraham no escatimó dar lo mejor que tenía para el Señor, y Dios no escatimó dar lo mejor que tenía para nosotros. Juan 3:16 nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito”.

Cuando ponemos nuestra vida en Sus manos y confiamos en Él por completo, sabemos — y Él lo sabe también— que tenemos temor de Dios. Y ese es el principio de la sabiduría.

Si empiezas a pensar en las cosas que has hecho mal, no vuelvas a caer en la trampa del legalismo. En cambio, déjate llevar por la gracia y recuerda el Salmo 130:4: “Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte”.

Es Su gracia y bondad la que nos guía al arrepentimiento. Y en ese arrepentimiento, ganamos más reverencia y aprecio por lo que Él es.

¿Qué es lo que requiere Dios de nosotros? “Que temas al Señor tu Dios, que andes en todos Sus caminos, que lo ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos del Señor y Sus estatutos que Él te ordena hoy para tu bien” (Deuteronomio 10:12-13)

Y nosotros tenemos la capacidad de cumplir con esto, porque el Espíritu Santo nos da el don del temor de Dios, llenándonos con su sabiduría y entendimiento.

¡Que Dios te bendiga!

Gordon Robertson 
Presidente y CEO de CBN

 

“La sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones.
No muestra favoritismo y siempre es sincera. Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia”.

Santiago 3:17-18

 

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